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El sistema de placer en los bebés y en los cachorros

El sistema de placer en los bebés y en los cachorros

El sistema de placer en los bebés y en los cachorros. ¡Hola! Hoy quiero hablar sobre el sistema de placer y recompensa en los bebés, y cómo este proceso también se refleja en los cachorros. Desde los primeros días de vida, tanto humanos como perros dependen de una serie de estímulos que activan circuitos cerebrales, proporcionando seguridad y bienestar emocional.

En ambos casos, el sistema de recompensa se activa mediante estímulos como el contacto físico, la alimentación y la interacción social. Un neurotransmisor clave en este sistema es la dopamina, que genera sensaciones de placer y bienestar. Ya sea un bebé que recibe un abrazo o un cachorro acariciado, ambos experimentan placer y seguridad a través de estas interacciones.

Otro componente fundamental en este proceso es la oxitocina, también conocida como la «hormona del amor». Esta hormona no solo refuerza los lazos emocionales, sino que también tiene un papel vital en la creación de vínculos afectivos tanto en humanos como en perros. Sorprendentemente, este sistema de placer y apego no se limita a la infancia, sino que continúa siendo importante a lo largo de la vida, ayudando a mantener relaciones profundas y duraderas.

Claves del sistema de placer en los bebés
1. Núcleo accumbens y área tegmental ventral (ATV): En los bebés, estas áreas cerebrales son esenciales para la liberación de dopamina, que genera sensaciones de placer y refuerza comportamientos básicos como el apego a la figura materna y la succión durante la lactancia. Estos circuitos forman parte del sistema de recompensa que asegura la supervivencia y bienestar del bebé.
2. Oxitocina: Este neurotransmisor y hormona también juega un papel crucial en la formación de vínculos emocionales. La oxitocina es producida en el núcleo paraventricular y el núcleo supraóptico del hipotálamo. Desde aquí, es liberada hacia diferentes partes del cerebro y del cuerpo, facilitando la creación de vínculos afectivos. Por ejemplo, el contacto visual, las caricias o el amamantamiento no solo generan placer, sino que también fortalecen el apego entre el bebé y su cuidador.
¿Y en los cachorros?
Al igual que en los bebés humanos, el núcleo accumbens y la área tegmental ventral (ATV) están involucrados en la liberación de dopamina en los cachorros. Estas áreas cerebrales refuerzan comportamientos instintivos necesarios para la supervivencia, como la succión y el apego a la madre.
En cuanto a la oxitocina, también se produce en los núcleos del hipotálamo (núcleo paraventricular y núcleo supraóptico) y juega un papel crucial en el vínculo emocional entre la madre y los cachorros. Las primeras semanas de vida, durante la lactancia y el contacto físico con la madre y sus hermanos, son esenciales para liberar oxitocina, lo que genera sensaciones de seguridad, bienestar y apego.
 La importancia de la socialización temprana en bebés y cachorros
Tanto en bebés como en cachorros, las primeras semanas de vida son fundamentales para su desarrollo emocional y social. Durante este tiempo, los estímulos físicos y sociales no solo aseguran el bienestar inmediato, sino que también sientan las bases para sus futuras relaciones y su capacidad para interactuar con el mundo.
Socialización en bebés humanos
El cerebro de un bebé es extremadamente receptivo a estímulos como el contacto piel con piel, las voces suaves y los cuidados constantes. Estas interacciones activan el sistema de recompensa cerebral y liberan neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina, lo que genera una sensación de bienestar y seguridad en el bebé. Estos momentos son fundamentales para el apego emocional, que más adelante ayudarán al niño a construir relaciones seguras y estables.
Socialización en cachorros: las primeras seis semanas
Para los cachorros, este período es igualmente crucial. Durante las primeras seis semanas, pasan por varias etapas de desarrollo que impactan directamente en su comportamiento social:
1. 0-2 semanas: Dependencia total de la madre. La lactancia proporciona no solo nutrientes, sino también consuelo, lo que libera oxitocina y refuerza el vínculo entre madre y cachorros.
2. 2-4 semanas: Los cachorros comienzan a abrir los ojos y oídos, y empiezan a interactuar con su entorno. La socialización con la madre y los hermanos genera bienestar gracias a la liberación de oxitocina durante el juego y el contacto físico.
3. 4-6 semanas: El juego social se intensifica y los cachorros empiezan a aprender comportamientos clave, como el control de la mordida. Durante este tiempo, la oxitocina sigue reforzando los vínculos emocionales y el bienestar, preparándolos para una socialización saludable.
¿Qué sucede si no se establece el vínculo adecuado?
Cuando el vínculo materno o el contacto social temprano no se desarrolla correctamente, tanto en bebés humanos como en cachorros, pueden surgir problemas emocionales y de comportamiento.
En bebés humanos
Si el vínculo con el cuidador es débil o inexistente, el bebé puede desarrollar ansiedad de apego, lo que significa que no tendrá la confianza necesaria en las relaciones. Esto puede derivar en dificultades emocionales a lo largo de su vida, como problemas para formar relaciones seguras y estables, o desarrollar problemas de regulación emocional. Esta falta de apego puede también predisponer al niño a experimentar ansiedad en situaciones de separación.
En cachorros
En los cachorros, la falta de socialización temprana o la ausencia de un vínculo adecuado con la madre puede causar ansiedad y comportamientos problemáticos. Los cachorros que no han tenido una interacción adecuada durante las primeras semanas de vida pueden volverse inseguros, temerosos, o desarrollar agresividad, afectando su capacidad para interactuar socialmente tanto con otros perros como con humanos.
Conclusión
El sistema de placer y recompensa, impulsado por la dopamina y la oxitocina, es fundamental para el desarrollo emocional y social en bebés humanos y cachorros. Los núcleos cerebrales que regulan la liberación de estas sustancias, como el núcleo accumbens, la área tegmental ventral, y los núcleos del hipotálamo son similares en ambos, lo que refleja la estructura compartida entre los mamíferos. Estos primeros momentos de vida son esenciales para establecer vínculos seguros que garantizan el bienestar y la seguridad. Cuando no se forma este apego temprano, pueden aparecer problemas emocionales y de ansiedad, tanto en humanos como en perros. Crear entornos ricos en estímulos afectivos y sociales desde el comienzo es crucial para promover una vida emocional sana y equilibrada.

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